Relatos





                                             DESPEDIDA DE CRISTAL





Llevabas muerta dos días.
Tumbado sobre la cama, volví a sentir  tu aroma impregnado en las sábanas donde solías abrazarme con tus besos repletos de sueños.
Con la vista puesta en la ventana de la habitación, distinguí la luz de una ciudad aún dormida.
Me di la vuelta poco a poco, pensando, qué podían hacer allí los restos de las sombras que ocultaban tu rostro en mi cabeza.
De repente, sentí un intenso dolor en el pecho, agudo y profundo, como si la propia vida quisiese deshacerse de mis pasos. Exhausto, cerré los ojos, y dejé escapar un suspiro mientras imaginaba a la brisa jugar con la voz de mi respiración. ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué ahora?  Eran las únicas preguntas que seguían apoderándose de mis pensamientos.
De nuevo, abrí los ojos y vi mi cara reflejada en el cristal inerte.
Al otro lado, tu, llorabas.
Entónces vi las llamas, mi cuerpo ardía.




                                                                MI ADIÓS




Fue ese mismo día cuando nos dijimos adiós. Estaba tan guapa como siempre, y aquellos pequeños hoyuelos que se le dibujaban en la cara, habían regresado como despedida. En silencio, se sentó a mi lado y me agarró la mano. Fue una caricia larga y dulce, tan cálida que quise que nunca acabase. La miré a los ojos y sonreí. Volvía a ser ella. Había estado esperando tanto tiempo aquel momento, que creí estar soñando. Era como volver a verla encima de aquel escenario, feliz, tan entregada y sonriente, que casi llegaba a metamorfosearse en el personaje.
A lo lejos, el sol se sumergía lentamente en el océano y nos susurraba, como tantas veces había hecho, con la brisa que arrastraba el aroma de la playa.
Cerré los ojos y sentí su corazón, esta vez más pausado, como si hubiese decidido congelar aquel instante. Poco a poco se fue oscureciendo. El tiempo, se había cansado de ser cómplice de nuestras vidas, y nos quiso dejar una bonita historia escondida entre hojas de papel.
Llegó el momento. Intentando mantener la compostura, le entregué mi sonrisa más sincera y dejé que se fuera.
Aquel, siempre sería el día de nuestro adiós, y sin embargo, también fue el comienzo de una preciosa amistad.


                             

                                                           UN SUEÑO


...Hacía tanto tiempo que no lo veía.
En silencio, atravesé las pequeñas dunas que tenía delente hasta que sentí el agua acariciarme la piel. Cerré los ojos y soñe con una vida rodeada de aquel océano, frío, pero tan eterno, que me pareció ser más cálido que la propia arena...





                                                      TE SIENTO EN MI

...Había pasado mucho tiempo desde la última vez. Recuerdo aquella despedida con lágrimas en los ojos y un pellizco enorme en el corazón, sin embargo, el seguía igual. Con sus recias manos apoyadas en los brazos de madera de su sillón y con su sonrisa eterna. Su bastón, colgaba de aquel pequeño mueble como un malabarista, rozando con el extremo las fotografías de nuestra infancia. Casi sin aliento, me acerqué poco a poco descubriendo en la distancia su olor, aquel que nunca había llegado a olvidar y que ahora, varios años después, me volvía a dar la bienvenida.
Llevaba puesta una camisa de franela a cuadros de un color marrón claro, y en el bolsillo, descansaban una decena de caramelos de menta, los mismos que nos había dado algunos años atrás.
-Abuelo... _ dije arrastrando las palabras, mientras alargaba el brazo para acariciarle la mejilla. Pero el silencio se había adueñado de aquel instante, y sus palabras ya estaban escondidas en mis recuerdos...




                                                                      Tú


Nunca había pensado el ello, pero la hora acababa de llegar sin previo aviso y debía irme.
La ventana estaba cerrada como siempre, y el viento murmuraba en contra de mis sueños, cansado de ser el aliado nocturno de las sábanas que tapaban tu piel. Era la voz de aquel que libra una batalla por amor, amor imposible, pero un amor eterno, entregado y sin límites.
Yo lo sabía, y él luchaba incansable en contra de mis pasos, a sabiendas que sería imposible, y que ella, nunca entregaría sus labios a aquellos fríos silencios...





                                                    Gracias por estar ahí





...Ya falta poco_ pensé, mientras observaba las montañas a través de los cristales empañados. El viento, había empezado a despertarse poco a poco, como si quisiera permanecer siendo eterno compañero del silencio.
A lo lejos, el agua del deshielo, se hermanaba para formar pequeños rios que abrazaban las laderas como largos brazos transparentes.
No era la primera vez que lo veía, sin embargo, si fué la última vez que escuché sus palabras...






                                                    El monje emancipado

Tan rápido como pude, subí todos y cada uno de los escalones dejando atrás el sonido de mis pasos. Cerré la puerta de casa, y llegué a mi habitación, esta vez más silenciosa que otros días, como si hubiese estado esperando que apareciese en cualquier momento. Sobre la mesa, tal como me había dicho Tualle, había un sobre de color canela. Lentamente, fuí acercándome hasta notar el borde del escritorio en mis piernas. Cogí la silla y me senté frente a ella. Un leve olor a tierra mojada había invadido la habitación arrastrado por el viento que se colaba por mi ventana. Entre dudas, abrí el sobre tan lentamente como me permitieron las manos. Era como rasgar mi propia piel, tan fino, que casi podía leer las pocas letras que habían quedado rotuladas de un color más intenso.
Las primeras notas de jazz procedente del músico del piso de abajo, empezaron a apropiarse de mi espacio, alargándose y acortándose en el tiempode forma invisble. Era la hora de saber de qué se trataba y sentía no estar preparado.






                                     THE TURTLES NEITHER HAVE HOUSE

It does already three years that have not gone back to know of him. Daniel was my best fellow, of those that never forget . Then, it did not have neither idea of what was happening him, and now follow arrepintiéndome.
Always it had been quite fun. Each day, in the hour of the re-create, taught us the new jokes that had written him his grandfather in that blue fascicle of anillas. Other times instead, explained us the histories that had occurred him during the weekend. But that changed in the last months. It was quieter of the normal, even when it was near of the friends, remained in silence, without saying an alone word. We asked him one and again that it happened him, and in spite of everything always had a “at all” by answer.



                                                   EN MI CAMINO


Era tan real que quise que no terminase nunca. Estaba a tan sólo unos pasos de mi, y sus manos arrugadas por el paso de los años intentaban acariciarme como tantas veces habían hecho. Como olvidarla. Aquella voz se había apropiado de mi memoria como una manta de agua que se expande silente y plena a la vez. Tímidamente alargué el brazo y toqué su cara blanca y su pelo rubio como el sol. Sin duda estaba allí, conmigo, sintiéndonos el aliento cerca de nuestras caras. Por un momento pensé que podría acabarse como ocurrió la última vez, pero no era eso lo que me preocupaba en realidad. Tenía miedo, un miedo atroz a que esa porción de mi consciencia decidiese olvidarlo todo. En ese instante desperté. Estaba sudando y el frío se había adueñado de mi cuerpo, giré la cabeza un poco y vi su fotografía. Sin duda nunca olvidaría la sonrisa de María la rubia.

2 comentarios:

  1. Me llamo Laura y me ha encantado algunos de éstos relatos o minirelatos que tienes en tu blog. Concretamente "MI Adios"...
    Es realmente precioso. IMagino que tendrá que ver algo en tu vida... Gracias y espero que sigas escribiendo. Un saludo

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    1. Gracias a tí por seguirme. Respecto a tu pregunta, prefiero que elijas el por qué de ese relato.
      Nuevamente gracias.

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